Miles de salvadoreños que hoy viven en los Estados Unidos salieron huyendo de la guerra salvadoreña en los años ochentas. Las libertades civiles y políticas en esa época podían ser castigadas con torturas, masacres o desapariciones.
Esa época espeluznante para miles de salvadoreños concluyó con el Acuerdo de Paz cuyas prolongadas negociaciones culminaron con la firma del 16 de enero de 1992, hace 29 años, en el Castillo de Chapultepec, México.
El presidente actual definió el Acuerdo de Paz como una farsa y una negociación entre dos cúpulas. Lo hizo el 17 de diciembre pasado en el caserío El Mozote, Meanguera, departamento de Morazán.
Los logros.
El escritor y periodista Walter Raudales asegura que los acuerdos de paz rompieron con las dictaduras militares de El Salvador desde principios del siglo XX y detuvieron el conflicto armado
Óscar Santamaría, excanciller y firmante del Acuerdo por parte del Gobierno, puntualiza que la firma implicó el fin de la guerra, la paz política y la reforma política del Estado.
Santamaría menciona la reforma de la Fuerza Armada entre los logros, además de las modificaciones en las instituciones de las áreas judicial, electoral, derechos humanos y Ministerio Público.
Luis Parada, un abogado y exmilitar salvadoreño quien reside en Washington, le otorga a los Acuerdos de Paz un inmenso logro en evitar que la situación empeorara en dimensiones no vividas.