Todos coincidimos en que la interpretación de Joaquin Phoenix en el papel de Arthur Fleck, mejor conocido como el Joker, es una de las más impactantes del cine, sin embargo, esta tremenda actuación no se consiguió de la noche a la mañana; el actor tuvo que hacer unos cuantos sacrificios para darle vida a uno de los villanos más amados de los comics. Entre estos, se encuentra la pérdida de peso de Joaquin, pues confesó que tuvo que adaptar su cuerpo totalmente a la fisionomía del “Guasón” y, claro, no fue nada fácil, pues se sometió a una dieta estricta que le ayudó a conseguir el peso perfecto en poco tiempo.
Pará interpretar al actor Joaquin Phoenix tuvo que perder más de 20 kilos, por lo que tuvo que buscar orientación médica para perder peso de forma natural y segura, así, su nutrición fue supervisada por un profesional. Asimismo, el actor tuvo que llevar acabo un método drástico ya que por su edad (44 años) tenía que ser estricto y sumamente especial.
El protagonista de ‘Joker’ no sólo se basó en una dieta de manzana, también comía lechuga y judías verdes al vapor, claramente fue una reducción sumamente enorme en su ingesta diaria de calorías, lo que significó que tenía que luchar contra cualquier tentación que se cruzara en su camino. Sin embargo, Joaquin confesó que sí fue muy complicado ya que Todd Phillips (director de la película) tenía su oficina llena de pretzels y él luchaba contra todo para no romper con las reglas.
El actor también confesó que tuvo que aportar a su cuerpo la cantidad necesaria de minerales, vitaminas, proteínas, hidratos de carbonos o fibra con bajo contenido de calorías y que tuvieran un alto poder que lo saciara del hambre. Es importante mencionar que Phoenix es vegano y participa constantemente en campañas en defensa de los animales.
Es de suma importancia que si tienes interés en la dieta que llevó Joaquin Phoenix, lo consultes antes con un especialista, ya que muchas dietas milagro se basan en la pérdida de líquidos o deshidratación para crear la falsa sensación de adelgazamiento, mismo que provoca el temeroso efecto rebote. Asimismo, puedes experimentar fatiga crónica e incluso, en el futuro, podría conducirte a desarrollar trastornos alimenticios.