«No vengan», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken quien aprovechó este miércoles su visita a Costa Rica para tratar de disuadir a los migrantes de Centroamérica de viajar ilegalmente a Estados Unidos, aunque admitió que Washington debería ayudarlos a quedarse en casa.

«La gente muere en el camino, se enfrenta a la violencia, y los que llegan a nuestra frontera son rechazados, porque la frontera no está abierta», agregó el secretario de Estado.
«Estados Unidos lo ha dicho claramente, y lo diré nuevamente, la gente no debe hacer este peligroso viaje a nuestra frontera», insistió. Aunque admitió que «decir ‘no vengan’ puede no ser suficiente».